Admirando las estrellas [Godric]

Era bastante tarde, a decir verdad nisiquiera sabia a ciencia cierta la hora que era, aunque tampoco importaba demasiado pues ultimamente tenia inmsonio, un sueño que se repetia aunque no tenia ningun significado en particular de momento decidí salir a airearme, salí de mi habitación no sin antes ponerme una bata por encima de un color azul, ese que tanto me gustaba que combinaba con mis ojos claros.
Pasé por los pasillos y subi las escaleras que conducian a la torre de astronomia pues era un lugar en el que se estaba fresco y tranquilo ademas de silencioso abri la puerta empujandola un poco y llegué hasta el balcón deje caer mi cabello ondulado sobre mis hombros liberandolo de el recogido y me apoyé en la barandilla mientras observaba los astros del cielo.

Esa noche no tenía sueño, despues de estar casi todo el día discutiendo con Salazar, era normal que tuviese sueño, pero no era así, por lo cual decidí salir a dar un paseo, sali de la casa sin que nadie se diera cuenta y camine sin rumbo fijo hasta que llegue a la Torre de Astronomia, donde para mi sorpresa, no estaria solo, ya que mi amiga Rowena estaba alli.

- Buenas noches, ¿Hay sitio para un viejo amigo para esta noche?

Despues de decirle esto, me acerque un poco mas a ella y desvie mi mirada hacía el cielo estrellado, el cual era tan bello como las grandes mujeres que habían en ese castillo, Rowena, Helga, mi mujer, hasta incluso mi bella y queridisima hija Alexia.

Mientras esperaba que mi amiga me contestara, pasee un poco por el lugar, mientras admiraba las estrellas, y reconocí algunas de ellas, me gustaba el cielo, aquello era maravilloso y pocas veces se podía ver un cielo realmente estrellado.

Esboce una pequeña sonrisa cuando ella me dio el visto bueno para que la acompañase en esa magnifica noche estrellada, por otra parte yo continuaba observando las estrellas, pero en escuchar su voz desvíe mi mirada del cielo para enfocarla en dirección hacia ella, cuando la ví de nuevo, ella estaba apoyada en la barandilla, se apoyaba gracilmente y con elegancia, como tenía que ser, así era Rowena Ravenclaw, una mujer estricta para casi todos, incluso para mí, ya que siempre teniamos unos pequeños piques por la actitud de mis pequeños, pero en general eramos muy buenos amigos.

Me acerque unos pasos en dirección suya para admirarla mejor bajo la luz de la luna, efectivamente era tan bella como una joya bien pulida de los artesanos, para ser mas exactos, ella era como un precioso zafiro que irradiaba un resplendor azulado, pensar en eso hizo que en mi rostro se dibujara una pequeña sonrisa y le conteste la pregunta que ella me hizo:

- Tengo un poco insomio, pero supongo que es debido al estres, ¿Y tu queridissima amiga?

Esperaba que mi respuesta le convenciera, porque ni yo mismo entendía el porque no podía conciliar el sueño, pero a la vez le devolví la pregunta porque tenía curiosidad, en el porque mi amiga estaba despierta a esas horas.

Le observe cuando se apoyo en la barandilla, todo movimiento que ella hacía, era hecho con naturalidad y elegancia, ella era así, por muy estricta como hace unos pocos instantes pensaba que era, no obstante también era una mujer elegante, y tan bella como una diosa de la antigüedad, si había algo que era digno de ser arte, eso era todo lo que viniera de Rowena Ravenclaw, una mujer rodeada de misterios, incluso para los que creíamos conocerla, en realidad no la conocíamos, porque ella era tan astuta para hacernos creer que la conocíamos, pero al igual que la luna ella tenía una cara oculta que pocas veces demostraba, y yo tenía curiosidad en ver esa otra parte de ella.

Sabía que tenía una hija, y a decir la verdad Helena era una muchacha muy similar a su madre, pero Rowena nunca habla del padre, y cuando ella apareció junto la niña y le preguntamos por el padre, ella no dijo nada simplemente se quedo en silencio, desde siempre había tenido curiosidad en respecto a ella, pero desde aquel día la curiosidad que sentía creció, cualquiera que escuchase mis pensamientos pensaría que estaba mas interesado de la cuenta en la persona de mi queridísima amiga, aunque mi verdadera intención era conocerla un poco mas, sabía que detrás de esa aparecía de mujer refinada, elegante, algo fría hasta algo irónica, se escondía una faceta de ella misma que todos desconocíamos, aunque claro aun quedaba mucho tiempo para que esa misteriosa mujer se mostrase realmente como era, empezaba a creer que nunca la vería, porque por mas que pensara en esa idea, mas me daba cuenta de que ella actuaba no mostraría sus debilidades, debería pasar algo muy grave para que eso ocurriera, pero aún así en el fondo de mi corazón, valeroso, lleno de coraje y audacia, cualidades que alardeaba mucho según ella, y que también según palabras de la misma bella dama que tenía delante de mí, me faltaba un poco de modestia, posiblemente sí tenía razón pero como era de ver, jamás iba a darle la razón, por muy extraño que pareciera me gustaba llevarle la contraría, y me gustaba entrar en piques con ella, por eso muchas veces les decía a mis pequeños que se saltaran algunas normas, pero sin levantar mucho revuelo por ahí, solo lo suficiente para que llamasen la atención de Rowena y ella viniera a discutir conmigo, pero eso era algo que nunca sabría ella.

Pero esa noche al menos por mi parte no tenía interés en discutir, mas bien picarme con ella, era todo lo contrario, por lo menos esperaba tener una velada llena de tranquilidad y a ser posible que no saliera ningún tema en especial que acabase con un pequeño pique entre los dos, pero en realidad no era nada que tener en cuenta, solo era un divertido juego que servia para ver quien estaba por encima del otro, y normalmente siempre ganaba ella.

Me acerque un poco mas a ella, dando unos pasos hasta quedarme a escasos centímetros de ella y levante el brazo para que mi mano alcanzara el mechón de pelo que se le resbalara, para retirárselo con delicadeza, al mismo tiempo que le dedicaba una amplia sonrisa, esa sonrisa era típica de adolescente, pero antes de que dijera algo me deshice de esa sonrisa para tomar un aspecto mas serio y retire mi mano.

Di aún más unos pasos más y también me apoye a la barandilla, justamente a su lado cuando le conteste a la respuesta que ella me había dado, mi voz era clara y concisa para nada alterada en cuando le dije:

- Las pesadillas vienen y se van, nadie sabe cual es su origen y que significado puedan tener, pero si hay una cosa que te puedo decir de lo cierto, es que no te preocupes, yo a veces también tengo pesadillas, pero no me preocupo, y en el caso que me preocupase, se que tengo a gente a mi lado…

Esperaba que mi respuesta fuera de su agrado, y mientras esperaba su respuesta desvíe mi mirada inocente puesta en sus ojos donde me había perdido en su mirada, para volver a mirar a los astros, esperando su contestación la cual conociéndola como creía que la conocía en parte, sería de mi agrado.

Respire algo mas aliviado en ver que mis palabras no la molestaron, eso me tranquilizo porque realmente no sabría como seguir hablándole, pero la cosa salio tal como esperaba en parte, pero tampoco me esperaba su contestación la cual me sorprendió, que siendo sincero conmigo mismo me hizo algo feliz, note como la llama de la pasión encendida aunque era muy débil, pero seguía encendida y eso era lo importante, no obstante los tiempos no estaban para hacer locuras juveniles, demasiadas cosas habían por en medio, una mujer devota a la que quería, una hija que era como un precioso rubí y que era una delicia de chica de la cual estaba orgulloso, sin duda ellas dos eran mis dos tesoros que no los cambiaría para nada, pero no obstante hace tiempo hubo un tercer tesoro, quizás un amor prohibido, pero ese amor era una dama totalmente opuesta a mí, si yo era el día y el sol, ella era la luna y la noche, esa dama la cual ame en secreto es Rowena, mi queridísima amiga que tenía justamente a pocos centímetros de mí…

En esos momentos notaba como el paso del tiempo había hecho mella en nuestra relación, haciendo que solo fuéramos buenos amigos, pero al mismo momento que pensaba en ese pensamiento, otro pensamiento invadió mi mente, dicho pensamiento era uno de mas pasional e humano, en otros tiempos la hubiera abrazado en forma de un abrazo protector, sería su escudo eso era algo que no cambiaria con el paso del tiempo, daría mi vida por ella, y también por los demás sin distinción, pero no obstante ella era especial, y aunque ahora tenía el fuerte deseo de abrazarla no podía hacerlo, no estaba bien, yo tenía una esposa, y una hija, y ella tenía una hija, no solamente aquello no era ético, sino que el hecho de despertar un sentimiento enterrado en el fondo de nuestros corazones podría herirnos, por eso antes de que la cosa avanzara decidimos cortar aquello por nuestro propio bien, y quedo en un profundo secreto que jamás saldría a la luz.

Resistiéndome a mi propia tentación desvíe mi mirada hacía el cielo de nuevo para ver las estrellas, deseaba despejar mi mente para que ese deseo desapareciera y si no lo hacía al menos resistirme a él, seguí mirando las estrellas al mismo momento que intentaba pensar en la respuesta que ella me había dado respecto a que pieza seríamos cada uno de los cuatro fundadores si fuéramos piezas de ajedrez.

- Creo… - Empecé a hablar en voz alta mientras pensaba en la respuesta que ella me dio. – Salazar es el alfil porque van en diagonal y siempre van por detrás, algo muy acuerdo a la personalidad de Salazar.– Hice otra pequeña pausa y proseguí diciéndole: - Helga es el caballo, por que siempre salta por encima de los demás, y ayuda a quienes lo necesitan. – De nuevo hice otra pausa y continúe con mi pequeño razonamiento pseudo lógico: - Tu eres la reina porque puedes volar hacía cualquier dirección libremente, y finalmente yo soy la torre porque, siempre van hacía delante y se interponen en medio de cualquier otro para salvarle, bueno quizás mi razonamiento no sea el mas acertado, por eso espero que tu puedas corregirme si he cometido algún error, y si me permites añadir una puntualización, creo que el rey son las nuevas generaciones que debemos educar y proteger para un mañana, tomen nuestro legado.

Mientras esperaba su aprobación o desaprobación a mi razonamiento sobre el porque cada uno éramos las piezas que ella había asociado, baje de nuevo mi mirada hacía sus preciosos ojos, me gustaba perderme en el infinito de su mirada y sin darme cuenta me moví unos centímetros hacía ella, aún estábamos distanciados pero la diferencia era muy poca, no obstante ella continuaba estando tan cerca y a la vez tan lejos, mientras seguía perdido en el basto océano sin fin que era su mirada, yo pensaba en los tiempos que terminaron hace mucho tiempo, pero en que los dos éramos mas cercanos, y como si fuéramos dos adolescentes vivimos unos días dorados de los cuales los atesoro en lo mas profundo de mi corazón, quizás estos tiempos no se repitirán pero jamás olvidare esos días donde había algo mas que una bonita amistad, y la llama de la pasión permanecía encendida al igual que esta misma noche la cual aunque a ser posible y solamente por una noche, me gustaría que el péndulo del tiempo volviera hacía atrás unos años, pero sabía que eso era imposible, y aunque ni yo ni ella nos arrepentíamos de los días que vivimos juntos a la sombra de los demás, juramos que eso no podía repetirse, por muy doloroso que fuese, y por mucho que sufriéramos por no poder estar juntos, era lo mejor para ambos.

No se porque, pero me gusto mas su razonamiento, quizás porque era ella, pero en parte me hizo sentir feliz cuando me dio el visto bueno en mi razonamiento pseudo lógico, al fin y al cabo yo estaba en lo cierto, en mi mente aún resonaban sus palabras, toda palabra que ella dijera, aunque saliera de su boca en cuando discutíamos eran importantes para mí.

La mire fijamente de nuevo a los ojos, bajo la luz de la luna estaba bellísima, Rowena era una mujer muy bella, endivia de muchas, pero esa misma noche bajo la luz de la luna estaba mas bella de costumbre, quizás solo fuera cosa mía, pero esa era la imagen que tenía en ese momento sobre ella.

A veces la noche es loca, en otras ocasiones confunde, aún así no sabía de lo cierto si estaba loco o confundido, la verdad siendo sincero con uno mismo, poco me importaba ese aspecto, esa noche era especial, lo estaba viendo, los dos estábamos tan cerca del uno del otro, pero a la vez muy lejos, pero aparte sentía como el reloj que se paro en aquel día lluvioso, volvía a ponerse en funcionamiento después de tantos años, era una sensación extraña, pero esa misma noche me sentía mas vivo que nunca, estaba claro que deseaba que mi presente continuase existiendo, Gabriella y Alexia, lo eran todo para mí, y estaba seguro que Rowena sentía lo mismo, respecto a Helena su hija.

Pero como pensaba unos segundos anteriormente, esa noche era especial diferente, parecía que el presente iba a quedarse en punto muerto hasta el amanecer, un día nuevo, una vida nueva, de vuelta al presente y seguir el paso de mis días con la familia que yo quería, pero aún así por muy egoísta que pareciera y a la vez era muy poco ético, esa noche deseaba volver de vuelta al pasado, en el momento que ella me cogió de la mano sentí la frenesí de quererla abrazar, rompería el juramento que hicimos, pero eso era inevitable, la llama de la pasión estaba encendida.

Mire de nuevo en sus ojos mientras notaba el tacto de suave piel en la mía, y sin pensármelo dos veces le demostré mi cariño que aún había en mi interior hacía ella y le acaricie la mano con mi otra mano, mientras hacía eso, continuaba perdido en su mirada y pensaba en el pasado, si el pasado donde ella era mi inspiración, donde era la luna que iluminaba mi noche, y yo era el sol que iluminaba su día, nuestro amor aún persistía y seguiría existiendo aún con el paso del tiempo, mi corazón en ese momento empezaba a latir con fuerza, deseaba rodearla con mis brazos y darle un beso lleno de pasión, pero no podía hacerlo, hicimos un juramento, yo era un hombre de palabra y ella también, pero aún así, el deseo seguía presente.

- Rowena... – Empecé a decir, el tono en que pronuncie su nombre fue demasiado agudo, estaba algo nervioso, pero a pesar de todo, mi voz era dulce…

No podía mas, aquello era insoportable, mi corazón se sentía oprimido, deseaba que solo por aquella noche, ella estuviera entre mis brazos y yo entre los de ella, al menos hasta el amanecer, cuando los dos tendríamos que volver a nuestras respectivas casas, con nuestras respectivas familias, pero aunque solo fueran unas horas, deseaba ser suyo de nuevo, y que ella fuera mía, y sin arrepentirme me acerque aún mas y deje de acariciarle la mano, para que mi brazo pasase por su cintura y la abrazara, haciendo que nuestros cuerpos se sintieran juntos.

Podía escuchar el latido de su corazón y su respiración, ahora si estábamos cerca, quizas demasiado, pero ya no me importaba, había decidido que esa noche sería solamente suyo, así que acerque mi cabeza hacía su hombro y le dije con absoluta dulzura e ternura en mi tono de voz:

- Se que eso esta mal, pero lo necesitaba, necesitaba abrazarte, sentirte cerca…te he echado muchísimo de menos, querida Rowena.

Iba a visitar a mi padre y aunque era ya de noche y no era hora para visitas tenia que hablar con el urgentemente.. sali del castillo Slytherin con una tunica negra y la capucha puesta y al cruzar los jardines desapareci del lugar sin dejar rastro alguno de que me siguieran.. apareci de nuevo en hogsmeade.. sus calles desiertas pues ni si quiera un gato pasaba por alla a esas horas.. camine con paso firme.. hacia algo de frio y me agarre bien la capa para taparme un poco mas y al respirar se notaba el frio pues una neblina salia al soltar el aire de mi respiracion.. era noche fria y humeda.. de esas noches que se te cala el frio en los huesos pero eso no iba a echarme hacia atras pues estaba decidida a ir.. y sabia que mi padre estaria despierto a esatas horas de la noche.. cuando llegue al castillo las puertas estaban cerradas pero sabia perfectamente como entrar por ellas pues mi padre me habia enseñado como hacerlo.. y asi hize, entre dentro traspasando aquellos cerdos alados de la entrada y mirando hacia los lados para que no hubiera nadie, ni si quiera el guardabosque estaba ya despierto.. segui caminando con paso ligero y con autoridad aun cubierta de la tunica y de mi capa negra.. de esa forma podia mezclarme perfectamente en la oscuridad sin ser vista.. llegue al hall de la entrada de Hogwarts y con el minimo ruido abri aquella puerta tan pesada.. entre y mis pasos resonaban en el castillo con gran magnitud asi que tube que realizar un hechizo para que nadie lo escuchara pues la gente de los cuadros que yacian alla se estaban empezando a despertar, el hechizo lo hize sin pronunciar palabra pues ya era mayorcita para pronunciarlos.. asi que las personas de los cuadros volvieron a dormirse sin saber que pasaba.. pues ya no escuchaban ni veian nada.. quede parada unos instantes alla abajo recordando viejos tiempos y recorde la torre de Astronomia como algo dulce y bonito.. "desde alla se veran ahora las estrellas" pense, asi que sin mas subi por aquellas escaleras sin hacer ruido gracias al hechizo.. caminando y observando lo poco que se veia a esas horas en el castillo pues la unica luz que entraba era la luz de la luna que entraba por segun que ventanal.. y no en todas partes habia ventana.. respiraba aquel ambiente que un dia fue mi hogar y me alegre de saber que este castillo al fin y al cabo me perteneceria algun dia.. como sucesora de mi padre.. aunque estaba mi hermano.. si el fastidios Socrates con su arrogancia masculina que queria ser siempre mas que yo aunque nunca lo lograba.. asi que tampoco me preocupaba.. al final acabe llegando a mi destino.. unas escaleras llebaban a lo alto de la torre de Astronomia.. subi por ellas lentamente mientras miraba y antes de llegar a la puerta escuche unas voces provenientes de alli.. me extrañe mucho que hubiera alguien despierto a esas horas pero agarre mi varita con firmeza por si acaso y abri lentamente la puerta y mire por una rejilla para no ser vista por los intrusos de adentro.. boqueabierta me quede al ver alla a Godric Gryffindor besandose ni mas ni menos que con Rowenda Ravenclaw.. en el colegio.. en un lugar que ciertamente podia verlo perfectamente la mujer de Godric.. me lleve la mano a la boca para taparme las ganas de decir algo o de reir por aquella pillada enorme y quede escuchando como decian algo asi como que se extrañaban el uno del otro..eso queria decir que no era la primera vez que eso sucedia.. "abran tenido relaciones intimas?" pense divertida mientras miraba la escena.. decidi quedarme alli en la puerta mirando a escondidas para saber que iba a pasar.. puede que esto me sirviera de algo y pronto lo usaria